viernes, 21 de octubre de 2011

Estudiar en vacaciones

Hay diversos motivos por los que los alumnos deben estudiar en vacaciones: porque adeudan asignaturas que no han podido aprobar durante el año escolar en el nivel secundario, o deben rendir algunos finales en la universidad. En cualquier caso estudiar en vacaciones es tedioso aunque sirve para ejercitar la responsabilidad, y reflexionar en el caso de los estudiantes secundarios en que el próximo año escolar hay que aprovechar mejor el tiempo de clases. En la universidad es difícil tener las vacaciones completas y no adeudar ninguna materia pues las exigencias son mayores.

Lo primero es verificar que se posee todo el material de estudio, y luego organizarlo, para apreciar cuántos días estimativamente se necesitarán para preparar el examen, agregando dos o tres días más a la estimación, por si sucede algún contra tiempo.

Fijarse objetivos y cumplirlos es fundamental: “Hoy tengo que estudiar estas unidades o temas”. Verás que cuando lo logres te sentirás sumamente satisfecho. Estudiar en una plaza o en el jardín, pueden ser opciones a considerar si no te distraes fácilmente.

El paso siguiente es programar las jornadas, dividiendo por día lo que haya que estudiar, y dedicando el tiempo necesario para cumplir lo prefijado. Si sobra el tiempo, éste podrá dedicarse al esparcimiento deseado. Es mejor levantarse temprano, cuando aún no hace demasiado calor, para poder luego aprovechar el resto del día.

Una buena manera de pasarlo mejor, es encontrar un compañero de estudio, que hará la tarea menos aburrida.

Se debe también dejar tiempo suficiente para el descanso, ya que con sueño, la concentración es mucho más dificultosa.

Cómo aprender a estudiar

Publicado por Hilda Fingermann el 13 de octubre de 2011

Estudiar significativamente implica poseer ciertas capacidades básicas: lectura comprensiva, capacidad de concentración, autoconocimiento del estilo cognitivo que en cada estudiante prevalece (si le resulta mejor ver, escuchar, graficar), manejo de técnicas de estudio, habilidad para programar, entre otras. Esta serie de aptitudes si bien requieren ciertas potencialidades naturales, son todas perfectibles a través de la práctica y el deseo de superación.

Quien no posee lectura comprensiva, será incapaz de desentrañar el sentido del texto que pretende aprender, y por lo tanto será tarea vana leerlo una y otra vez, pues sólo se conseguirá “repetirlo como un loro” como vulgarmente se denomina al aprendizaje por repetición, y pronto será olvidado. El que no aprendió a leer entendiendo siempre está a tiempo de lograrlo, aunque obviamente cuanto antes se inicie en esa técnica, antes se alcanzarán los resultados satisfactorios.

Se debe primero leer todo el texto, y luego de comprender de qué se trata, ir haciéndolo párrafo por párrafo, con un diccionario al lado si es necesario, dedicándole el tiempo indispensable para poder reproducir lo que dice con nuestras propias palabras (parafraseo). Una vez que entendimos lo que el autor quería transmitirnos debemos reconocer las ideas principales y subrayarlas, haciendo idéntico procedimiento con los párrafos siguientes.

Con esas ideas principales, elaboraremos un cuadro sinóptico, y luego un resumen o preferiblemente, una síntesis.

Recomendaciones: no nos quedemos con el cuadro sinóptico solamente para el repaso, pues tenderemos a memorizarlo, debemos también añadir el repaso de la síntesis. Tratar de exponer lo aprendido (si el examen es oral, verbalizándolo; si es escrito, plasmándolo en un papel) pues muchas veces nos parece que entendimos pero no podemos expresarlo. Esto significa que aún falta otro, u otros repasos.

Por último tratar de ejemplificar, para aplicar lo teórico a casos concretos

Técnicas de lectura veloz

Publicado por Hilda Fingermann el 14 de octubre de 2011 a las 12:24 am

Las técnicas de lectura veloz son herramientas que permiten al lector adulto, que ya posee internalizada la lectura comprensiva, ahorrar tiempo en la lectura de textos para, por principios de economía, procesar en su mente la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Por supuesto que la velocidad de la lectura dependerá de la complejidad del texto. No es lo mismo leer un texto de Historia, escrito en lenguaje cotidiano que uno de reflexión filosófica.

Está comprobado que al requerir un esfuerzo extra de concentración, para leer con efecto globalizador y no por palabras, el lector se exige a sí mismo mayor atención sobre su propio proceso de lectura, que debe hacerse en silencio.

La lectura veloz reduce la cantidad de pausas que se producen por cada renglón, y amplía el campo de percepción visual. No implica leer rápido sin entender, sino que a igual dificultad en el texto a leer (y dedicando tiempo a buscar palabras desconocidas y el sentido de lo que se intenta descubrir) el lector veloz podrá hacerlo comprensivamente, hasta tres veces más rápido que el lector tradicional.

Se basa en una lectura visual con focalización amplia a un ritmo suave y armónico, que le posibilita no centrarse en cada palabra sino en el conjunto, haciendo más gratificante la lectura al facilitar el avance, y no el tedioso obstáculo de tropezar con cada palabra, que si bien tiene un significado en sí misma, lo adquiere más en el conjunto de la trama.

El lector veloz hábilmente identifica las ideas principales, y salta visualmente de una idea principal a otra, obviando lo superfluo. Es una muy buena técnica para los estudios superiores, terciarios y universitarios.

Técnicas para hablar en público

Publicado por Hilda Fingermann el 17 de octubre de 2011 a las 11:56 am
En los distintos niveles de la enseñanza es muy frecuente que los niños o los adolescentes se nieguen a hablar frente a sus compañeros y docentes, alegando nervios o vergüenza. Incluso es frecuente que no quieran participar en actos escolares leyendo discursos, con el argumento de que se ponen nerviosos y tartamudean, lo cual es creíble.

Muchos docentes, creyendo que exponerlos ante situaciones de stress puede afectar al educando, prefieren evitar “hacerlos pasar al frente”, leer discursos, rendir exámenes orales, etcétera. Con esto solo conseguimos reforzar sus temores. Lo mejor es explicar las razones por las cuales estimularemos la exposición oral, ya que de lo contrario, siendo adultos tendrán serios impedimentos para rendir exámenes en la universidad o desarrollar ciertas profesiones como la docencia, o exponer en Congresos, o ejercer cargos de liderazgos empresariales, etcétera.

Lógicamente es un trabajo paulatino. Si un niño siente gran temor a la exposición oral, no lo mandaremos a leer un discurso en un acto escolar como primer paso, sino que le asignaremos un pequeño papel en una exposición de trabajo grupal, por ejemplo.

Lo mejor es empezar a trabajar en ello desde muy chiquitos, haciéndoles leer en voz alta frente a la clase, fragmentos cortos, para ir acrecentando gradualmente la complejidad y el tiempo.

En la preparación de exposiciones orales, a partir del sexto grado aproximadamente, enseñarles a hablar pausado, modulando la voz, que debe ser clara y perceptible, organizando el tema en introducción, desarrollo y conclusión, pudiendo ayudarse con láminas o powerpoint.

Se debe ser muy paciente, alentando cada pequeño avance, para ir acrecentando la confianza y por ende la autoestima. Comprobaremos, que poco a poco, el miedo se irá venciendo, y el orador eficiente comenzará a nacer.

Aprendizajes para el nuevo Paradigma

Aprendizajes Para El Nuevo Paradigma

Autor: Lemmy Solano

1. EDUCAR PARA LA INCERTIDUMBRE

La realidad cambia a una velocidad tan grande que nos sorprende cuando menos lo esperamos, los cambios que antes se daban en seis siglos ahora se dan en menos tiempo: nuevos inventos, nuevas modas, nuevos  comportamientos, todo esto nos crea una sensación de confusión, de inestabilidad, de  incertidumbre...

Como dice Edgar Morin, el siglo XX ha descubierto la pérdida de futuro, es decir, su impredicibilidad. Y es cierto en cuanto pensemos a la humanidad en una constante aventura a través de la historia. Justamente el sentido histórico del futuro ha sido el de progreso, mientras que ahora, ese mito se derrumba, el devenir queda abierto a la idea de lo impredecible. No queremos decir con esto, que no creamos en la idea de progreso.

Evidenciando los nuevos aportes de la ciencia en la demostración de las incertidumbres (teorías del caos, etc.), podremos comenzar a mostrar las debilidades del paradigma de la simplificación, en un largo camino de aprendizaje, progresivo y evolutivo hacia el reconocimiento de lo improbable como elemento interviniente de nuestro conocimiento. La inclusión de la incertidumbre como variable en nuestros análisis, en nuestras actividades de razonamiento, nos permitirá  dar un salto cualitativo en el desarrollo de nuestro pensamiento. ¿Qué nos trae este salto cualitativo? Nos trae la posibilidad de pasar del pensamiento programático, lineal, a un tipo de pensamiento estratégico.

Ya al mencionar la palabra programa se nos vienen a la mente las siguientes figuras: orden, secuencia, pasos, clara definición principio-fin, procedimiento, etc. El programa establece una secuencia de acciones que deben desarrollarse, para desembarcar en un determinado fin. Ahora bien, esta secuencia de acciones están comprendidas en un entorno estable, ordenado, y sobre todo debe permanecer estático. Lo negativo, es que al menor acontecimiento de desorden externo el programa encuentra obstáculos y se paraliza, es demasiado frágil a las fluctuaciones de contexto, y es demasiado rígido para manejar contingencias.

La estrategia, en cambio, elabora escenarios de acción y tiene en cuenta para su desarrollo las certezas, incertidumbres y probabilidades que rodean la situación, que condicionan el contexto. Estos escenarios de comportamiento o de acción son dinámicos y permiten modificaciones, adaptaciones y repercusiones en el mismo camino de la acción. Es por estos motivos que, donde tengamos entornos de inestabilidad e incertidumbre, el pensamiento estratégico se hace más que indispensable. Es en estas situaciones donde siempre debe prevalecer la estrategia ante el programa.

2. EDUCAR PARA EL GOCE

Educar en el goce significa generar entusiasmo, en todas y cada una de las actividades.

Entonces, un proceso educativo sostenido por el entusiasmo, significa que todos los miembros de la escuela se sientan vivos, comparten su creatividad, generan respuestas originales, se divierten juegan, gocen. Educar para el goce significa movilizar las energías en una aventura lúdica compartida; sentir y hacer sentir, participar entregando lo mejor de sí y recibiendo lo mejor de los otros. Todo ello implica necesariamente un ambiente gozoso, tanto en los recursos materiales como en el encuentro humano. Entra aquí la riqueza de los sentidos, de la imaginación y de la creación colectiva.

Si hemos nacido para gozar tenemos todo el derecho a aprender a gozar. Esto va directamente en contra de modelos ilusorios del goce, como los difundidos a escala masiva por la publicidad. Hay otras formas, como las respuestas a la pregunta: ¿cuándo gozas la vida? Si la actual escuela no enseña a gozar, el sentido de una educación  alternativa es educara para el goce. El goce es un punto de partida y de llagada, un acicate para vivir y la clave de la vida misma.

3. EDUCAR PARA LA SIGNIFICACIÓN Y LA EXPRESIÓN

Una educación con sentido educa protagonistas, seres para los cuales todas y cada una de las actividades, todos y cada uno de los conceptos, todos y cada uno de los proyectos, significan algo para su vida. Es esa significación el punto de partida de la significación del mundo y de los demás. La capacidad de dar sentido, de significar el mundo y la propia experiencia, pasa por la capacidad de criticar los sentidos y los sinsentidos ajenos.

La significación pasa por la relación: lo que genera espacio para comunicamos, sentimos protagonistas, expresar lo que siento, lo que me desafía. Las personas se tornan significativas para nosotros/as cuando nos reconocen como “otro” “otra”: no nos manipulan, ni utilizan. Nos brindan tiempo.

Tiene sentido lo que hago, en la medida en que me permite ser yo misma/o, expresarme con y ante los demás. Buscamos el sentido no sólo individual, sino institucional pues construir sentidos es dialogar, concertar con los otros lo que consideramos significativo. Ello implica conocer, acercarse a la identidad institucional y desde allí estar abiertos a conjugar las diversas interpretaciones. Es importante hacer el ejercicio de traducción. Nos hemos movido en el contexto de una cultura homogénea, que no exigia reconocimientos de las diversidades culturales. La tarea es ahora mayor y exige reconocer, traducir y cruzar las significaciones.

4. EDUCAR PARA LA CONVIVENCIA

Educar para convivir es  educar para “vivir con” porque estamos en el mundo para “entre ayudarnos”, no para “entre destruirnos”, como decía don Simón Rodríguez. Por ello, todo aprendizaje es un inter-aprendizaje. La frase fue acuñada también por don Simón. La clave pasa por lo compartido, por lo que puede ser aprendido de los demás.

En síntesis, no se puede educar para convivir si no se educa en la cooperación y participación colectiva, en el inter-aprendizaje.

La escuela tradicionalmente ha sido organizada para aislar a los educandos, de manera que no trabajen entre ellos sino con la supervisión del docente. Este aislamiento suele ser presentado como uno de los elementos básicos de la situación de quien sigue un proceso de educación a distancia. Se habla de personas dispersas, que siguen materiales instruccionales sin conexión alguna entre ellas.

Una propuesta alternativa reivindica necesidades humanas tan básicas como la convivencia, las relaciones interpersonales, la participación, el afecto y todo ello es posible en la escuela salesiana que desde el acompañamiento a los jóvenes y el asociacionismo nos acercamos  a sus vivencias y sentires para crear sentido de vida y lograr consensos.

5. EDUCAR PARA LA APROPIACIÓN DE LA HISTORIA

En la medida en que una propuesta se centra en el aprendizaje (autoaprendizaje e inter-aprendizaje) y no en la enseñanza, el rol protagónico del proceso se desplaza del docente al educando. Este solo hecho abre el camino al acto educativo, entendido como construcción de conocimientos, intercambio de experiencias, creación de formas nuevas. Y es precisamente ese protagonismo, ese quehacer educativo, el que permite una apropiación de la historia y de la cultura. El camino no es el de preparar para hacer historia y cultura en el futuro, sino lograrlas aquí y ahora, haciendo historia y haciendo cultura en cada acto educativo.

En la cultura se educa por la producción cultural, porque todo producto cultural y su proceso son educativos. Esto vale tanto por la apropiación de lo creado por otros hombres como por la creación inherente al acto educativo, Se educa para la apropiación ofreciendo caminos a las virtudes activas. La escuela privilegia virtudes pasivas: obediencia, sumisión, orden, memoria, puntualidad, y castiga virtudes activas: creatividad, riesgo, crítica, imaginación, intuición. Son estas últimas las que hacen historia. Se trata de elegir entre un hombre sometido a la historia y un hombre que hace historia.

La educación a distancia tradicional, anclada en general en la obsesión por la respuesta correcta, busca acomodar a sus estudiantes a una historia ya hecha, en la que ninguna novedad, ninguna aventura de la imaginación o de la inteligencia caben. Una propuesta alternativa se orienta, a través de la mediación pedagógica, a promover y cultivar las virtudes activas.

No somos sólo espectadores de la historia, sino seres históricos. En ese sentido, la cultura postmoderna, en oposición al proyecto de la modernidad, asegura la valoración del individuo, su subjetividad y su potencial expresivo. Un sistema educativo que responda a las necesidades de su contexto debe elaborar propuestas que permitan a las personas descubrir y desarrollar distintos modos de apropiación de su experiencia cultural.

Una escuela que busque un punto de equilibrio entre la cultura acumulada y la construcción en el presente de esta historia, centrada en la expresión, en el arte, en la ética, en el gozo de ser agente importante de esta misma historia. Favorecer la reflexión y la toma de conciencia, el cambio de mentalidad, para que se de un nuevo estilo de escuela, educando para la percepción crítica, construyendo una identidad cultural, favoreciendo experiencias significativas.

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Sobre el Autor

Aprender a Aprender

Aprendizajes Para La Vida: Aprender A Aprender

Autor: Lemmy Solano

APRENDIZAJES PARA LA VIDA

Aprender a Aprender

El proceso curricular desarrollado en cada una de las diferentes áreas y especialidades técnicas que integran nuestro plan de estudio, tiene en cuenta aprendizajes integrales como aprender a aprender, aprender a ser, aprender a hacer, a prender a creer y aprender a convivir. Estos aprendizajes permiten la vivencia de los criterios evangelizadores, propios del estilo pedagógico salesiano, que hacen del Centro Don Bosco una Escuela, un Taller, una Parroquia, un Patio y una Casa que preparan para la vida.

La coordinación académica consciente de la importancia del currículo centrado en aprendizajes para la vida, ha iniciado desde el espacio de “Los Buenos Días” un plan formativo que se desarrollará bimestralmente con la finalidad de socializar a los estudiantes cada uno de los aprendizajes del currículo del Centro Don Bosco, para que integren estrategias de mejoramiento académico.

APRENDER A APRENDER

En muchas ocasiones en la vida manifestamos que la experiencia nos ha dejado conocimientos que nos permiten seguir luchando por aquellos ideales que deseamos hacer realidad. Con este tipo de afirmaciones entendemos que hay personas que han sabido integrar en su vida saberes, conocimientos y han desarrollado habilidades que les permiten desempeñar una función. Este tipo de aprendizaje autodirigido y automotivado por la misma persona es lo que podríamos denominar  aprender a aprender, es decir la capacidad que tiene cada persona de integrar en su desarrollo de vida capacidades, valores y conocimientos que le ayudan a seguir creciendo personal, familiar y profesionalmente.

Este tipo de aprendizaje lo denominamos autónomo, porque es el mismo sujeto quien sintiéndose protagonista de su propia formación orienta sus motivaciones cognoscitivas e intelectuales a la consecución de saberes para la vida. Desde este punto de vista, entendemos por aprendizaje autónomo el proceso que le permite al estudiante ser autor de su propio desarrollo cognoscitivo, escogiendo de manera personal las estrategias, los recursos, las técnicas y los momentos que considere pertinentes para aprender y poner en práctica lo que ha aprendido.

Este protagonismo asumido por cada persona se direcciona desde una autoformación concretada en: aprender a educarse, a pensar, a querer, a decidir y a obrar por sí mismo, de manera consciente e integral. Este obrar de manera consciente e integral, hace referencia a la MOTIVACION, que es desarrollada por quien aprende, pues la motivación  es el resultados del convencimiento personal y no debe reducirse simplemente a el gusto o satisfacción que se siente cuando se percibe algo agradable. En este sentido,para que el aprendizaje autónomo sea sostenibles, es necesario que nazca desde el interior de cada individuo (motivación intrínseca) y es el resultados de motivos o móviles que son personales, pues nadie motiva a nadie, cada uno se motiva con base en sus propios resultados y en la conciencia que tenga de ellos para alcanzarlos.

Este aspecto de la motivación en el aprendizaje, es fundamental, pues a través de la automotivación se da un aprendizaje integral que involucra la dimensión afectiva, la voluntad y no solamente el desarrollo intelectual o cognitivo, sino que este se da desde la interactuación con la motivación y la voluntad para querer aprender.

Desde esta perspectiva, al vincular la motivación en el aprendizaje, es involucrar más integralmente al sujeto protagonista de la formación, pues él aprendiz es quien se autoregula y se autodirecciona en el proceso de aprendizaje desde la formulación de metas, planificando su actuación y se autoevalua desde el registro de conductas observables o criterios prefijados, que buscan la autorealización personal, alimentada por valores. Uno de los valores que desarrolla de manera particular la autonomía es la responsabilidad.

La autorregulación del aprendizaje implica un modo de aprender independiente y activo regido por objetivos y metas de propios; supone el dominio y aplicación planificada y adaptable de recurso  de procesos, referidos a estrategias metacognitivas, cognitivas y proceso de dirección y control de esfuerzo, así como de componentes motivacionales, que permiten mejorar los resultados.

Este interés personal de un individuo por aprender por sí mismo, hace que la persona se capacite y se pueda vincular con mayor fácilidad al mundo laboral actual en el cual se requiere de personas que tengan la capacidad de aprender continuamente. Una persona que pueda autorregular su aprendizaje, está intrísecamente motivado, se auto-dirige, se auto-monitorea y también se auto-evalúa, es una persona flexible que se adapta a los cambios que le propone el contexto en el cual se desenvuelve.

El proceso de aprender a aprender, de autorregulación, de autogestión de los recursos cognitivos y metacognitivos, nos conduce a la concepción  de una persona activa, constructiva, emprendedora y verdadera protagonista de su formación.

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Sobre el Autor

Estilos de aprendizaje.





Los Estilos de Aprendizaje son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los discentes perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje.


Voy a hablar de las características que presenta cada estilo.
El estilo Activo se da en personas que obtengan estas caractertísticas: animador, improvisador, descubridor, arriesgado y espontáneo. También se caracterizan por ser personas creativas, participativas, competitivos...
El estilo Reflexivo es característico de personas receptivas,analíticas, concienzudas,observadoras, paciente,prudentes...
Es en el estilo Teórico donde obtengo un porcentaje alto. Las características de estas personas con este tipo de estilo suelen ser: metódicas objetivas, críticas, estructuradas, ordenadas, disciplinado, explorador, buscados de sistemas, preguntas, modelos,teorías ...
Y por último, las características de las personas que presentan el estilo pragmático son: realistas, eficaces,prácticas, directas, positivas, concretas...


Nosotros podemos trabajar para fomentar las habilidades que tenemos menos desarrolladas, y así formarnos integralmente tanto en unos aspectos como en otros.

lunes, 17 de octubre de 2011

Un camino de Aprendizajes

Bienvenidos a un espacio de reflexión y autoconocimiento  para la práctica de la tarea docente